miércoles, 6 de junio de 2007

Patrimonio religioso





Nuestro templo franciscano posee un importante patrimonio religioso. Dada su amplitud, en estas líneas citaremos algunos ejemplos.

En primer lugar mencionaremos el de mas relevancia, el "Lignum Crucis", es decir, un fragmento de la cruz donde murió suspendido Nuestro Señor Jesucristo por la redención del género humano, que se conserva en un relicario de pequeñas dimensiones con los símbolos de la Pasión y que se trajera de Roma en el año 1916. La misma es puesta a la veneración de los fieles el Viernes Santo y con ella se realiza el Via Crucis en horas de la tarde por las calles de nuestra ciudad.

Una canción religiosa dice: "Venid oh cristianos - la cruz veneremos - la cruz recordemos - de Cristo Jesús…", y el pueblo católico la considera una "reliquia de primer orden" ya que nos recuerda lo mucho que padeció Jesus por salvarnos.

Citamos ahora la "piedra ara" que perteneció al altar portatil que usó San Francisco Solano en sus misiones entre los aborígenes del antiguo Tucumán. La misma es una piedra negra de basalto de forma cuadrada resguardada en un relicario de madera tallada y policromada ejecutada en 1745 mientras que el altar portátil fue llevado a principios del siglo XX a la Basílica de San Francisco de la Capital Federal y allí se conserva.

Otra pieza de alto valor es una cruz de ébano con su Cristo de marfil que perteneció a Monseñor José Agustín Molina y Villafañe, religioso que tuvo una larga actuación en la historia de nuestra provincia y que fuera uno de los mas grandes benefactores de la Orden Franciscana, a tal punto que quiso ser sepultado en el altar mayor de nuestro histórico templo y finalmente una cruz de madera de 50 centímetros con Cristo y punteras de bronce que se sostiene en una base que contiene reliquias de grandes santos de la Orden Seráfica y que Su Santidad, el Papa León XIII bendijera y obsequiera a la Iglesia de San Francisco de Tucumán.


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